Familyhuerto ha desarrollado este pequeño manual pensando en aquellas personas que quieren iniciarse en la práctica del huerto urbano. Es un manual sencillo y claro con el que queremos transmitir al lector el interés que tiene esta afición desde muchos puntos de vista.
Cultivar tu propio huerto está al alcance de todos, sólo necesitamos tener claros algunos conceptos básicos y poco a poco ir aprendiendo de la experiencia. Desde familyhuerto entendemos el huerto urbano como un ejercicio de sostenibilidad, que nos convierte en ciudadanos más comprometidos con el medio ambiente y más responsables en nuestro consumo.
- La mayor parte de la población vive en ambientes muy urbanos sin ningún contacto con el medio natural y rural, esto hace que cada día más personas sientan la necesidad de introducir un poco de"verde" en sus vidas.
- Disponer de un pequeño huerto , va a suponer una vía de escape frente al asfalto, el cemento, el ruido, la contaminación y también frente al estrés y las preocupaciones.
- Nos va a permitir conocer el ciclo de vida de los vegetales y las relaciones entre distintos seres vivos, potenciando nuestra capacidad de observación y ofreciéndonos un recurso educativo muy valioso para nuestros hijos.
- Constituirá un lugar de aprendizaje continuo a través de la experiencia que vayamos adquiriendo en el cultivo de nuestras hortalizas.
- Nos proporcionará alimentos sanos, nutritivos y sabrosos que nos harán pensar en el origen de los alimentos, convirtiéndonos en consumidores más responsables y exigentes en cuestiones como la seguridad y la soberanía alimentaria.
Por todo ello y por muchas más cosas, vale la pena tener un huerto urbano
El Huerto y los niños
Un huerto en casa puede ser una actividad relajante y entretenida, pero también es una oportunidad para compartir una experiencia divertida con los más pequeños, y además, formarles en valores.
Sembrar y ver como de la semilla sale la primera plántula y se va desarrollando, es una experiencia que ayudará a los pequeños de la casa a descubrir el ciclo de las plantas y los ciclos de la Naturaleza.
Los niños pueden participar activamente en todas las etapas del cultivo. Durante la siembra, el trasplante, la preparación de los sustratos o la observación de las plantas, nuestros hijos pueden colaborar con nosotros manipulando la tierra y observando las distintas etapas de las hortalizas que cultivamos. Para ello, mejor si se lo ponemos fácil con herramientas y recipientes adaptados a su altura y posibilidades.
El huerto también puede ser una forma de adquirir pequeñas responsabilidades para que sean conscientes del valor de sus actos y del esfuerzo que implican, siempre y cuando se plantee como una tarea divertida y no como una obligación. El riego es una tarea ideal en este sentido, ya que requiere de constancia e incluye la manipulación de agua, que es un elemento que resulta muy atractivo para los niños. Por tanto, el método de riego que resulta más interesante es el manual mediante regadera, cuyas medidas y capacidad deberán ser adecuadas para el manejo por parte del niño.
Si todo ha salido bien llega el momento de recoger la recompensa de tanto esfuerzo, de sentirse satisfecho y orgulloso del trabajo realizado, es el momento de la cosecha. Pero también es una ocasión perfecta para incorporar hábitos para una alimentación variada, sana y rica en verduras y frutas. Es una forma de incentivar al niño a probar las verduras, ya que para él no es algo ajeno sino que ha seguido todo el proceso hasta que se ha formado el fruto, y además es una forma de valorar su propio trabajo.
Para que sea más fácil, mejor empezar por cultivos que sean sencillos y que estén adaptados al cultivo en recipientes, pero sobre todo que resulten atractivos al niño como las fresas o las zanahorias que son sabrosas y dulces.
Más allá de las propias tareas de mantenimiento del huerto, pueden ser múltiples las actividades que de forma paralela al huerto se pueden plantear, ya sean manualidades, talleres o actividades de observación y/o experimentación. Todo es cuestión de imaginación y ganas de pasar tiempo y disfrutar con los niños.
10 pasos para cultivar un jardín de hortalizas productivo

El cultivo de hortalizas no es tan diferente a otro tipo de cultivos. No obstante, existe menor margen para cometer errores. El cultivo de hortalizas exitoso está relacionado con la consistencia; es necesario asegurarse de que las condiciones para el cultivo se mantengan de forma adecuada durante toda la temporada de crecimiento. Si deja a las plantas sin agua por un período corto o si se olvida de fertilizarlas, podría sacrificar una buena parte de la cosecha.
Siga estos 10 pasos que le ayudarán a disfrutar de la prodigalidad de un jardín de hortalizas productivo:
1. Elija variedades que se adapten a su zona. No todas las variedades de hortalizas se desarrollan bien en todas las zonas. Consulte en el vivero o en la oficina de extensión locales cuáles son las mejores variedades para la zona donde usted vive. Pueden existir variedades que resisten enfermedades específicas para su área, o que producen mejores cultivos dentro de las condiciones climáticas de su área.
2. Plante en la época adecuada del año. En los paquetes de semillas generalmente se indica la época apropiada para plantar. En algunas áreas, los períodos de plantación son muy restringidos y debe hacerlo en el momento preciso para obtener una cosecha abundante. En otras áreas, se puede plantar muchas veces a lo largo del verano y se puede mantener una temporada de cosecha más prolongada. El vivero o la oficina de extensión cooperativa locales son la mejor fuente de información para conocer las fechas locales.
3. Prepare la tierra correctamente antes de plantar. Utilice cantidades generosas de materia orgánica como por ejemplo abono orgánico o fertilizante orgánico. Si no usa un fertilizante orgánico, que ya contiene nitrógeno, utilice también un fertilizante completo.
4. Plante correctamente. Siembre las semillas a la profundidad y en el espacio apropiados siguiendo las indicaciones de los envases de semillas. Las hortalizas que se planten muy cerca unas de otras no darán una buena producción. Si realiza transplantes, evite plantarlos muy profundamente porque los tallos se pueden alterar y decomponer; utilice el desplantador para cavar un hoyo lo suficientemente profundo como para que la parte superior del cepellón esté al mismo nivel que la superficie del suelo.
5. Riegue en forma sistemática. Mantenga constante la humedad del suelo para que las plantas no se sequen, pero no riegue en exceso. Riegue de manera profunda y luego deje que la tierra se seque parcialmente antes de volver a regar. El riego irregular reducirá la producción en la mayoría de las hortalizas y hará que otras, como los pepinos y la lechuga, tengan un sabor amargo. La instalación de un sistema de irrigación por goteo conectado a un temporizador automático es la mejor opción.
6. Fertilice con regularidad. Mantener un crecimiento vigoroso es muy importante para casi todas las hortalizas. La mayoría se debería fertilizar con un fertilizante con nitrógeno como mínimo cada 4 o 6 semanas. Sin embargo, tenga cuidado de no fertilizar en exceso, esto puede provocar que algunas hortalizas, en especial los tomates, tengan menor producción.
7. Abone. Una capa de 2 a 3 pulgadas de materia orgánica aplicada sobre las raíces de las plantas de hortalizas enfriará el suelo, reducirá las malezas, y ayudará a prevenir las fluctuaciones de humedad de la tierra que arruinan la calidad.
8. Elimine las malezas. Las malezas compiten con las hortalizas por el agua, los nutrientes y la luz solar y, en consecuencia, reducen la producción. Saque las malezas con la mano y cultive la tierra con frecuencia para minimizarlas.
9. Coseche con frecuencia. Muchas hortalizas, en especial las alubias, las calabazas los pimientos y los pepinos, dejan de producir si no se las cultiva con frecuencia. Coseche con frecuencia. Si no puede consumir todo lo que recoge, comparta con amigos y vecinos.
10. Controle las plagas de insectos. Muchos insectos disfrutan de las hortalizas frescas tanto como usted. Esté atento al daño que producen los insectos y proteja sus plantas con una solución cuya etiqueta indique que puede ser usada en hortalizas.
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